jueves, 10 de mayo de 2012

Poemas de Norma Lucía Bermúdez Gómez


Madre hay más de una


A una la castigaron por ser madre temprana
a otra más le negaron el cuarto de alquiler
otra fue despedida porque atender dos hijos enfermos cada día
no la deja rendir
Otra ve a su familia cada año por mayo
cuando llegan con flores, pasteles y problemas
y se trenzan peleas y se dejan de hablar.
Otra lleva en la crianza tantos años y tantas generaciones
que ya su espalda arqueada le pesa en el andar
Todas sufren el peso de la maternidad
a pesar de la culpa, todas sueñan con tiempo para ser ellas mismas.
No son santas ni bobas,
hay semillas de cambio en su resignación.




A Sarita, radicalmente madre

No es una buena madre: se la pasa estudiando
es buena profesora,
pero se desconcentra corriendo con sus hijas
Ya no es tan buena amante, se duerme acariciando
Presentó con borrones el informe
pagó con mora la mensualidad
Llegó atrasada al acto cultural
Dejó teñir el blanco delantal
No se cuida la piel, la veo envejecer.
No se enternece el día de la madre;
escribe arengas y propone marchas
No recibió entre flores su título de madre.
Lo escribió en las paredes buscando rebelión.



Ida y regreso


Navegaba en tu sangre y ya intuía
que dolores antiguos
teñirían de sombras nuestro amor
Navegaba en la infancia
y no alcanzaba
a entender plenamente tu despojo;
tu renuncia y tu entrega me espantaban
Navegaba en mi vida
y mis delgados brazos no alcanzaban
a remar tan lejos como pretendía
de tu imagen materna desgastada,
de tu huella  por mí menospreciada.
Hoy derivo serena
y el curso de mis días me devuelve a tu historia
hoy sé que mis neuronas y mis atrevimientos
tienen la impronta leve de tu marca en mi vida.
Ya no eres la villana. Tampoco una heroína.
Sigues siendo el espejo de mis contradicciones.


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