jueves, 10 de mayo de 2012

Poemas de Judith Rodríguez Castro



Madre

Mi fuente y hondura.
Miel de mi padre.
Desde tu taller vestimos muchas historias.
Madre: Río y montaña
Madre: verde estrella.


La rosa, ya no es la rosa

Se deshoja la rosa…
¡Molinos de viento guían sueños inciertos!... ilusas estrellas sin luz,
cruzan mares seguros e insondables...
 ¡Destinos mutilados!
¡Tiempo inexorable de historias rotas!
Emergen nuevos retoños.
Estadíos confluyentes, presencian constelaciones en reposo.
¡Oh luna! …  El cosmos no da espera.
La rosa ya no es la rosa
La rosa es ahora lucero mayor.


El sol se estaciona en la ventana

Circundan esencias florales de la abuela.
En el taller se alistan blondas y gamuzas.
Ella con alfileres fija moldes y
con tiza de colores precisa cortes.
Los pajecitos vestirán de azul y rosa,
y su nieta lila y blanco.
Con júbilo el cielo
Pregonará la boda sabatina.

Despertar

Pupilas de menguante luna,
Anhelantes de plenilunio.
Mi ocaso de otoño… sueñas primaveras.
¡Brilla!
Porque tu ayer fue feliz.


Lucero marinero

Revive este espíritu,
lucero marinero;
¡Sal de tu gruta,
surfea acantilados!
Escampa en la bruma y recrea
mi consciencia aletargada.
¡Despierta lucero enlutado esta golondrina de horizontes!



Bendiciones de la madre


Montañas distantes.
Soledad de veranos lejanos.
Siempre, siempre…
 Bendiciones matutinas de la madre hacia el Valle.
Testigos de ello, las salamandras de arcilla y cal.
¡Partida de la madre!  … Nudo extinguido…
¡Cómo duele llegar al hogar huérfano!
Rosales sin guía, anturial dolido, tapiz de cerezas negras.
¡Cuánto recuerdo...
Cómo duele volver al hogar huérfano!
Cielo sin estrellas. Cauce sin manantial.


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